(Por Raquel Partnoy*) Hoy una luz nueva nace en la oscura Bahía, una luz que iluminará el camino de futuras generaciones, que les hará confiar en la Justicia y les permitirá caminar con la frente alta sosteniendo la antorcha de la Verdad.
Y la Memoria perdurará. Cómo olvidar la barbarie cometida por los criminales que hoy reciben su condena, que secuestraron nuestros hijos y fragmentaron nuestras familias, que les quitaron su identidad, que los torturaron, que los mandaron a cárceles inmundas por años, que los asesinaron sin piedad, a muchos con sus pequeños bebés. Los criminales que mientras fueron juzgados en ningún momento mostraron arrepentimiento por lo que hicieron, que continuaron negando saber dónde están los bebés nacidos en cautiverio, que tergiversaron la verdad, que mintieron. No, no habrá nunca olvido, tampoco perdón, por tanto dolor.
En nombre de mi esposo y del mío, en el de madres y padres de víctimas que ya no están con nosotros, que no alcanzaron a ver estos momentos de Justicia, quiero decir ¡Gracias! en un abrazo muy fuerte y ancho, a todos los que trabajaron tan intensamente, presentes y ya ausentes, para qué después de tantos años de espera este memorable día llegara. A los fiscales, actual y anterior, al Tribunal que actúa en los Juicios, todos con tanta responsabilidad, haciendo honor a su profesión. También a la gente sensible y solidaria qué, aún sin haber tenido nuestras horribles experiencias, nos acompañan y apoyan siempre.
Por último, mi agradecimiento a Efeme De la Calle por permitirme a distancia estar Presente.
Por su excelente trabajo de difusión seria, un ejemplo en nuestra Bahía donde el periodismo ha sido, y sigue siendo, un sinónimo de desinformación y mentira.
HOY LA LUZ
Hoy la luz canta amarillos en la arboleda,
se desliza por las ramas, juega con círculos
azules y verdes en la avenida; hoy la luz
se arremolina en los rayos que graban memorias
en las mentes nuevas.
Y adentro, en el recinto de los acusados,
donde la verdad sacude las paredes,
hoy la luz se apaga en los rostros cubiertos,
escondidos tras manos impregnadas de rojo
y carpetas de historia negra.
* Texto compartido durante la transmisión especial de El Juicio desde la Calle en la previa a la sentencia.