
De espalda, el juez subrogante Santiago Martínez, brinda el fiscal general Alejandro Cantaro y abraza al camarista Pablo Candisano Mera.
Un nuevo actor apareció para garantizar la impunidad cuando están dadas las condiciones para que el juez Álvaro Coleffi defina la situación procesal de Vicente Massot, dueño de La Nueva Provincia imputado por crímenes de lesa humanidad. Se trata del secretario del Juzgado Federal Nº1, Mario Fernández Moreno, quien se quejó por reuniones que el magistrado tuvo sin su presencia con los fiscales Miguel Palazzani y José Nebbia causándole un «alto grado de violencia anímica y moral».
«¿Fernández actúa de igual manera en todas las causas donde ve o se entera de que algún defensor, fiscal o juez de otra instancia dialogan entre sí? ¿Acaso no dialogó nunca a solas con un defensor? ¿Y con los fiscales?», se preguntaron desde el Ministerio Público y advirtieron que «este tipo de presentación es más efectiva a efectos de lograr impunidad que las propias presentaciones del defensor técnico de los imputados».
Además, se mostraron sorprendidos porque a Fernández «no le haya movido un pelo» la íntima relación entre el juez Martínez, el fiscal general Alejandro Cantaro y el camarista Pablo Candisano Mera, «siendo que es -hoy- secretario penal subrogante» en causas donde todos ellos intervienen.
En su respuesta, denunciaron que la «maniobra» de Fernández -en tándem con el juez subrogante Santiago Martínez- «pretende correr el eje de lo verdaderamente importante: la responsabilidad penal de los civiles cómplices con la dictadura cívico-clerical-militar».
Coleffi, luego de procesar al obispo Guillermo Garlatti por el encubrimiento del cura genocida Aldo Vara, fue apartado por la Cámara Federal «sin razones aparentes» quedando a cargo de las tres investigaciones en las cuales, ahora, el secretario se siente agraviado. Seguir leyendo →