El comisario Gustavo Abel Boccalari fue condenado esta mañana a prisión perpetua por secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer a Julio Argentino Mussi. Sin embargo, el Tribunal Oral subrogante de Bahía Blanca no revocó su arresto domiciliario.
«Cárcel común, perpetua y efectiva, ni un solo genocida por las calles de Argentina», gritó el público tras el veredicto. «Este hombre secuestró, torturó y asesinó a mi hermano, debe pagar, no puede ser que se vaya a su casa», dijo Elsa, hermana de la víctima, durante la transmisión de FM De la Calle.
Los jueces Luis Roberto Salas, Pablo Ramiro Díaz Lacava y Marcos Javier Aguerrido ordenaron señalizar como «sitio de la memoria del terrorismo de Estado» el predio de Chile y España donde funcionó el centro clandestino de detención de la División Cuatrerismo y dar de baja al policía bonaerense cuando quede firme la sentencia.
«Está sobradamente probado el secuestro, el traslado, la tortura, la muerte y desaparición de Mussi a manos del imputado Boccalari. Participó en todos los tramos de la secuencia delictiva: fue secuestrado en la provincia de Chubut, en Comodoro Rivadavia, hasta allí se trasladó Boccalari, lo trajeron en avión con otras personas maniatado, fue golpeado, quedó acreditado y el tribunal hizo lugar a los pedidos de la Fiscalía», afirmó José Nebbia.
El represor fue castigado con la pena de «prisión perpetua, inhabilitación absoluta y perpetua, accesorias legales y al pago de las costas del proceso» por ser coautor penalmente responsable de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos y homicidio. Entre los agravantes se destacó «el fin de lograr la impunidad bajo la modalidad de la desaparición forzada de personas». Hechos que constituyen crímenes de lesa humanidad y -por mayoría- genocidio.
«Que dios se encargue de darle su merecido castigo. Nosotros hemos hecho lo que pudimos, fueron cuarenta años de lucha, tres mujeres que salimos a pelearla. Ha destruido una familia. Hoy, por ser la mayor, debo decirle a mis hijos, a los sobrinos de Julio, a la nieta de Julio, al hijo de Julio -que lo crié como a un hijo-, que empecemos a sanar», manifestó Elsa Mussi.
El fiscal Nebbia recordó que el genocida «tenía la domiciliaria ya otorgada» y quedó a la espera de los fundamentos del veredicto, que se conocerán el 19 de mayo, para apelar la continuidad del privilegio.
«Entendemos que se debía revocar porque al estar condenado a cadena perpetua el riesgo procesal para que se fugue aumenta de manera considerable y estaban dadas las condiciones de salud del imputado como de los cuidados dentro de las unidades penitenciarias para que se efectivice su detención en una cárcel común».
El funcionario calificó como «nefasto» al fallo de la Corte Suprema que habilita el cómputo 2×1 para criminales de lesa humanidad y aseguró que «va a pasar a la historia por intentar retroceder en este proceso» de memoria, verdad y justicia.
Agregó que «no corresponde la aplicación automática del criterio fijado por la Corte, no es tampoco unánime ni acatado por los jueces. En todo caso la Corte se deberá hacer cargo caso por caso de decidir qué genocidas van a circular libremente por la calle».
«Olé olé, olé olá, como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar», se escuchó al finalizar el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca.