Inicia juicio contra un policía bonaerense

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Julio Argentino Mussi.

Este viernes a las 9 comenzará el quinto juicio por crímenes de lesa humanidad en Bahía Blanca. Se trata de un desprendimiento de la causa Ejército III que se debate desde octubre de 2016. El efectivo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Gustavo Abel Boccalari, recusó al tribunal y será juzgado por los jueces pampeanos Luis Roberto Salas, Pablo Ramiro Díaz Lacava y Marcos Javier Aguerrido.

El Bonaerense está imputado por «haber planificado, participado y ejecutado el secuestro seguido de cautiverio, torturas y ultimación de la víctima Julio Mussi, al integrar el grupo a cargo del operativo que consumó la secuencia delictiva». Para la primera audiencia en Colón 80 fueron convocados tres testigos.

Julio Argentino Mussi fue secuestrado el 22 de marzo de 1977 en Comodoro Rivadavia y trasladado junto a varias personas al V Cuerpo del Ejército. Acusado de facilitar vehículos para la “subversión”, en un vagón de ferrocarril abandonado al que los captores llamaban “el avión de madera”, fue torturado por días hasta que enfrentó a los policías y militares que lo asesinaron y desaparecieron.

La Fiscalía sostiene lo que ya han confirmado las sentencias de numerosos juicios: la Policía Bonaerense fue alistada al plan genocida incluso antes del golpe de 1976, realizó una intensa labor en la fijación de blancos mediante su servicio de inteligencia -DIPPBA- y no solo aportó agentes a la realización de operativos por parte de las fuerzas armadas sino también edificios que fueron utilizados como centros clandestinos de detención y tortura.

Mussi tenía 32 años, esposa y un hijo de tres cuando fue sacado de su domicilio en Comodoro Rivadavia en marzo de 1977. El Ejército revisó su casa y robó su documentación y su auto, el cual fue visto por meses en el regimiento local.

El primer juicio realizado en Bahía Blanca permitió comprobar que fue llevado al Comando de la IX Brigada de Infantería junto a otros detenidos quienes fueron encerrados en «una especie de calabozo donde un oficial que simulaba ser de la Brigada de Investigaciones de Buenos Aires dijo que el motivo de la detención era porque facilitaba vehículos para la ‘subversión'».

A Bahía Blanca los trasladaron en un avión militar. Durante el vuelo, los oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Cadierno y Boccalari «los amenazaban con tirarlos al mar”. “Al llegar fueron conducidos en camiones celulares hasta un vagón» ferroviario donde fueron torturados. Mussi, agonizante, fue encerrado luego en un calabozo de la Brigada de Investigaciones. «Las torturas las llevaban a cabo Cadierno y Boccalari y uno de ellos ha sido sindicado como autor material de la muerte», sentenciaron los jueces Jorge Ferro, José Triputti y Martín Bava.

mussiEl de Alejandro Mussi será uno de los testimonios que se incorporarán por lectura. En agosto de 2013 estuvo ante el TOF y aseguró que su abuela buscó a su padre por todos lados sin poder conocer la verdad y recordó su sufrimiento. “Mi abuela hasta último momento miraba por la ventana. Yo cuando era más chico le decía que era una vieja chusma y de grande me di cuenta que miraba por la ventana esperando a mi viejo que le había prometido que iba a volver”.

Carlos Alberto Pereyra declaró en febrero de 2012 que Cadierno y Boccalari estuvieron a cargo de su traslado -maniatado y encapuchado- a Bahía Blanca. Horacio Segundo Quiroga, Abel Salvador Mariano y Mario Alberto Trevisán identificaron a sus captores como integrantes de la Brigada de Investigaciones.

La responsabilidad del policía no solo está comprometida por el testimonio de sus víctimas sino también por el de sus superiores, como el del comandante del V Cuerpo de Ejército Abel Catuzzi quien lo señaló como «ejecutor directo del secuestro, cautiverio, torturas y posterior homicidio».

Por los hechos padecidos por Mussi ya fueron condenados Jorge Horacio Granada, Norberto Eduardo Condal, Carlos Alberto Taffarel, Hugo Carlos Fantoni, Walter Bartolomé Tejada y Jorge Enrique Mansueto Swendsen. Como coautor, también es juzgado en el Juicio Ejército III, Osvaldo Lucio Sierra.

La coartada

Gustavo Abel Boccalari nació el 29 de enero de 1949 en Salliqueló, provincia de Buenos Aires. Hijo de Abel Darío y de Otilia Springer. Se retiró de la Policía Bonaerense como comisario inspector y cumple prisión domiciliaria en Sargento Cabral 280, Las Malvinas, Partido de General Rodríguez. Durante la dictadura, era oficial subinspector segundo a cargo de la Sección Cuatrerismo bahiense.

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Diaz Lacava, Salas y Aguerrido integrarán el tribunal.

En su defensa, Boccalari aseguró que se desempeñaba en la delegación de Chile y Undiano cuando fue integrado a una comisión comandada por el subcomisario Luis Cadierno para volar a Comodoro Rivadavia con la misión de trasladar a «una banda» que iban a detener las fuerzas armadas. Detalló que el grupo se dedicaba supuestamente a sustraer «camiones cisternas y camionetas en toda la zona sur de la provincia de Buenos Aires» y trasladarlas a la Patagonia para «ser utilizadas en el control y explotación de pozos petroleros».

El policía dijo que fue alojado en la brigada de Comodoro y que mientras su jefe mantenía «reuniones con las autoridades del lugar» lo invitaron a «conocer la ciudad». A la mañana siguiente supo que «la banda» ya había sido detenida y estaría lista para ser trasladada a Bahía Blanca por la tarde.

«Estaban todas con las manos atadas a sus espaldas y encapuchadas y en esas condiciones fueron subidas a un avión Hércules», reconoció el represor quien abordó la aeronave junto a la guardia militar.

Llegaron por la noche y fueron «alojados todos en un vagón de ferrocarril pegado a la delegación» Cuatrerismo.  Siempre según Boccalari, los interrogatorios fueron realizados por «el señor subcomisario en forma personal» mientras él se encargaba de «mantener el control administrativo y operativo» y «controlar el ingreso de la hacienda de los frigoríficos». El bonaerense admitió en el Juzgado que trasladó a los detenidos a la sede policial de calle Pueyrredón.

Cuando su defensor le preguntó ante el juez si «torturó o asesinó», Boccalari afirmó: «No lo hice y no lo haría por mis propias convicciones, más le digo, estoy totalmente a favor de las investigaciones que hacen las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo de sus hijos y nietos, yo hubiera adoptado igual postura».

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